¡Nace el Mesías!
La noticia del nacimiento del Salvador prometido se difundió e iluminó los corazones de todos los que tenían oídos para oír, ojos para ver y corazones para comprender el milagro. Hace poco más de 2.000 años, en la pequeña ciudad de Belén, al sur de Jerusalén, nació un niño judío en una cueva utilizada para albergar ganado en una noche invernal. Y aunque simples, toscas y ocultas a los ojos del público, miríadas de profecías mesiánicas y expectativas que predecían la venida del Salvador se cumplieron en ese único nacimiento en esa noche especial.